Los cuidados en tiempo presente

Jorge Wasyluk Nieto

Jorge Wasyluk Nieto
Programa Red Local de Apoyos y Cuidados

En la actualidad podemos darnos cuenta de que el tema de los cuidados ha comenzado a copar la agenda, ya sea mediática, política o social. “Cuidar es trabajar” anunciaba el Presidente Gabriel Boric en un acto –en noviembre pasado—en el Palacio de La Moneda, para la creación del Módulo de Cuidadores/as en el Registro Social de Hogares y la Credencial de Cuidadores/as.

Lo anterior, pone en la palestra una temática que ha sido invisible al mundo político por mucho tiempo. Deja de manifiesto, además, la intención de crear un nuevo marco institucional de cuidados. Siendo el Sistema Nacional de Cuidados (SNC) uno de los proyectos emblemáticos de la actual administración.

En ese sentido, el programa de gobierno del Presidente Gabriel Boric pretende el “tránsito hacia la creación de un SNC, desde el actual, que descansa exclusivamente en la familia y especialmente en las mujeres, hacia uno de corresponsabilidad social de los cuidados, que involucre a los hogares, las comunidades y el Estado”.

En una columna de opinión en octubre de este año, la subsecretaria de Servicios Sociales, Francisca Perales entregó las directrices de lo que se viene. “Buscamos hacernos cargo de la implementación de un SNC. Se trata de una problemática central en la que el Estado debe hacerse parte. Un conjunto de políticas encaminadas a concretar una nueva organización social de los cuidados (…) Generar mecanismos que reconozcan, reduzcan y redistribuyan las labores de cuidados en la sociedad, permitiendo que dejen de ser un trabajo asumido casi exclusivamente por las mujeres, aportando a la superación de desigualdades y vulnerabilidades de quienes cuidan”.

Desde esa premisa, se pone en agenda el tema de los cuidados. El nuevo SNC vendría a consolidar una necesidad sentida de la sociedad y, se fundamentaría en cuatro pilares: Salud, Seguridad Social, Educación y, por supuesto, Cuidados. En este escenario, el Estado tendrá el rol de garantizar el derecho de quienes requieren cuidados y quienes los proveen, articulando programas y servicios, mejorando la oferta existente en esta materia.

Diferentes organismos internacionales han reconocido lo que llaman “crisis de los cuidados”, algo que exacerbó la pandemia de Covid. En la meta 5.4 de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas –suscrita por Chile en 2015—, se aborda la importancia de los cuidados. “Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante servicios públicos, infraestructura y políticas de protección social, y promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familia, según proceda en cada país”.

Misma visión comparten en CEPAL. En su XV Conferencia Regional sobre la Mujer, se reconoció la trascendencia de los cuidados; que recorren todo el ciclo de vida de las personas. En el denominado “Compromiso de Buenos Aires”, se realizó un diagnóstico y se llegaron a acuerdos entre las naciones participantes, entre ellas Chile. Promover, impulsar y diseñar políticas de Estado, son parte de éstos. Ejecutando todos estos cambios desde cuatro principios orientadores: universalidad, progresividad, solidaridad y, como ya se ha mencionado, corresponsabilidad. “Los cuidados son los que permiten contar con personas en la fuerza laboral presente y futura. Cuidados que están dentro de las familias, núcleo de la reproducción social”, argumentan desde CEPAL.

Volviendo a la vereda nacional, diversos columnistas, académicos y expertos, han expresado una misma opinión sobre la necesidad de reconocer, reducir, redistribuir, remunerar y representar el trabajo de cuidados en la sociedad en su conjunto. La periodista, académica y escritora Paula Escobar piensa que “la crisis de los cuidados ha sido fuertemente agudizada por la pandemia y hay que hacerse cargo de aquello (…) El gobierno tiene en su programa un Sistema Nacional de Cuidados, que aborda integralmente este tema”.

Del mismo modo, en marzo de 2021, la Universidad de Chile lanzó la campaña “Derecho al Cuidado”, cuyo objetivo es visibilizar la Política de Corresponsabilidad Social en las responsabilidades familiares y actividades universitarias. En esa misma línea, Comunidad Mujer, en su trabajo Carga mental: estar a cargo también es carga, define que “la carga mental es todo el trabajo que implica la organización y administración del hogar y el cuidado de sus integrantes, el cual es permanente, invisible, poco valorado y realizado mayoritariamente por las mujeres”. Concordante con lo anterior, la investigación de MICARE, Sobrecarga y desigualdades de género en el cuidado informal de largo plazo, reflexiona sobre “el estrés de las personas cuidadoras, así como el modelo de doble proveedor/mujer cuidadora con foco en los cuidados informales”.

En tanto, y demostrando la importancia del trabajo de cuidados no remunerados, el Banco Central de Chile, en su documento Estimación del Trabajo Doméstico no Remunerado de 2021 da cuenta del valor de esta tarea. “Acorde con nuestras estimaciones, el trabajo doméstico (o de cuidados) no remunerado representó 25,6% del PIB ampliado el año recién pasado (2020), aumentando su participación en 4,8 puntos porcentuales respecto del 2015”.

La actual oferta del Estado contempla 38 programas dentro de Desarrollo Social y Familia y otros ministerios. Entre éstos podemos encontrar Red Local de Apoyos y Cuidados (MDSF), Cuidados Domiciliarios (SENAMA) y Atención Domiciliaria (MINSAL). La integración y coherencia de toda esta oferta podría contribuir a la formación del nuevo SNC.

Termina el año y se avizora un 2023 dedicado al cuidado. Ya sea desde la Política Pública, la sociedad civil, las organizaciones, la academia y las familias. Queda seguir trabajando para concretar el Sistema Nacional de Cuidados, como ya se ha hecho en otras latitudes como el Uruguay o Costa Rica, por ejemplo, donde ya tienen tarea avanzada. Caminar hacia una sociedad del cuidado, esa es la misión en tiempo presente.

 

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