Los cuidados y el fortalecimiento de las familias

Los cuidados y el fortalecimiento de las familias

Francisca Gallegos Jara                                                                                                                                                      Subsecretaria de Servicios Sociales   

La Conmemoración del Día Internacional de los Cuidados, este 29 de octubre, nos ofrece una oportunidad para hablar de esta materia y su relación con la familia.

La familia, cualquiera sea su forma, es una institución central en nuestras sociedades. Es la primera que gestiona las necesidades humanas y la primera que se activa cuando el Estado, el mercado o la comunidad no aparecen. Defenderla y velar por el bienestar de sus integrantes es uno de los mandatos políticos y éticos que tenemos si nuestro propósito es alcanzar una sociedad más justa y democrática.

Una de las situaciones más disruptivas que puede enfrentar una familia ocurre cuando, por opción o porque no hay alternativas, toca hacerse cargo de cuidar alguno de sus integrantes. Un hijo recién nacido, una pareja enferma o una persona mayor con algún grado de dependencia. A prácticamente todos y todas nos ha tocado o nos tocará cuidar, y por esa transversalidad es que el Estado y la sociedad deben hacerse presentes para que esta tarea no recaiga exclusivamente en las familias ni dependa solo de las capacidades económicas individuales.

Una persona que cuida es una persona que por cuidar deja de hacer otra cosa o lo hacen sufriendo una sobrecarga. Deja de ir a su trabajo, al doctor o al colegio; deja de pasar tiempo con su pareja o hijos, deja de ir al supermercado o de ver televisión. Y si bien cuidar puede ser la muestra más prístina de amor, en otros casos también surge como la única opción, adquiriendo la forma de una obligación. Cualquiera sea la situación, la labor siempre genera un impacto.

A propósito de esta relevancia social, este mes estamos publicando los resultados de “Hablemos de Cuidados”, diálogos ciudadanos en los que participaron más de 12 mil personas para intercambiar opiniones y experiencias. De ellos rescatamos reflexiones que pareciera atraviesan a prácticamente todas las personas, mayoritariamente mujeres, que ejercen labores de cuidado. La principal es la necesidad de que el cuidado sea reconocido como un trabajo. Básico.

Es imposible dar este debate sin mencionar un diagnóstico estructural irrefutable que muchos deciden arbitrariamente obviar: existe una distribución sexual radicalmente desigual del trabajo de cuidados. Según datos de la última Encuesta Social Covid 19 (2021), de la población que realiza trabajo doméstico y de cuidados no remunerado en su propio hogar, el 67% son mujeres y el 20% hombres. Dentro de la población inactiva, el 86% de las personas que realizan labores de cuidados son mujeres, mientras que solo el 14% son hombres.

Otra necesidad detectada es la de comprender los cuidados como un asunto de todos y todas para que la cuenta del cuidado la paguemos como sociedad y no como individuos. Las personas que cuidan ven limitada (o al menos interrumpida) su libertad de elegir su proyecto de vida y muchas veces se enfrentan a un abismo de angustias económicas.

Una familia que recibe colaboración para realizar las labores de cuidado es una familia que ve alivianada su situación, se siente acompañada y no se ve en la obligación de tomar un solo camino de vida. Es decir, es una familia más libre y con menos riesgos de caer en pobreza. Si el empeño es proteger a la familia no hay una vía más adecuada que la de construir un Sistema de Cuidados que les permita aumentar en autonomía y libertad para disponer de su propio tiempo: hacer del cuidado menos una obligación y más un derecho.

Una sociedad justa y democrática sostiene sus pilares en la lucha contra la pobreza del tiempo y en esmerarse en que todas las personas puedan vivir bien y elegir sus proyectos de vida. El gobierno del Presidente Gabriel Boric anunció un aumento de 25% del presupuesto de la nación para sentar las bases de esta institucionalidad, demostrando así que trabajamos con esmero y prisa hacia la conformación del Sistema Nacional de Cuidados y la consagración de los cuidados como un derecho social en un Chile que protege y cuida.

 

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